CEIP SAN BRAULIO BILINGÜE EN FRANCÉS DESDE LOS TRES AÑOS Y ENSEÑANZA DE INGLÉS DESDE LOS 4 AÑOS.
APRENDE DOS IDIOMAS DURANTE TODA LA ESCOLARIDAD DE INFANTIL Y PRIMARIA, HASTA LOS 12 AÑOS.
DISPONE ADEMÁS DE:
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JUNTOS POR LA INCLUSIÓN ESCOLAR Y SOCIAL

miércoles, 17 de diciembre de 2008

JUGUETES DE MATERIAL RECICLADO

Los niños de tercer curso han construido juguetes con materiales de desecho. En la foto, María nos enseña su trabajo.

Año de la Astronomía. HALLEY Y LA ESTRELLA DE BELÉN.

- Este cuadro está actualmente en el aula que fue el laboratorio.



Siguiendo con la astronomía, a la que se dedica el próximo año y teniendo en puertas la Navidad, los alumnos de sexto han trabajado sobre Halley a propósito del cometa por él descubierto, que lleva su nombre y que algunos identifican con la estrella de Belén. El trabajo se inició con la búsqueda de una serie de datos sobre el tema insinuados a través de un cuestionario que, aportando cierta información, despertaba la curiosidad y provocaba la necesaria motivación para buscar las respuestas. Todo ello proporcionó el material básico para la elaboración del siguiente texto.
Acompañamos el documento con una serie de fotografías que hemos recuperado de la exposición que realizamos en el colegio con motivo de la última visita que nos hizo el cometa, lo que sucedió en 1986. Muchos años han pasado, motivo que explica la escasa calidad de unas imágenes que hemos restaurado lo mejor que hemos podido. Es justo que felicite a mis alumnos por su trabajo, sus ganas y la rapidez con que algunos lo han resuelto. Mención especial para Raúl Maicas, que no precisó más de 48 horas para encontrar las soluciones (En rojo en el texto).







Edmund Halley nació el 8 de noviembre de 1656 en Haggerston, un pueblo cercano a Londres que se ha hecho popular por ser la cuna de uno de los grandes genios de la humanidad.
Curiosamente Halley murió en Greenwich, pueblo que también es famoso por dar su nombre al meridiano cero.
Sobre la fecha de su nacimiento hay cierta confusión, pues en aquella época se hizo una reforma del calendario según la cual Halley nació el 29 de octubre de ese mismo año.
Fue buen estudiante, entusiasmado con las cosas de los astros. Viajó por medio mundo y observó el firmamento desde el norte y desde el sur; pero no fue rico, aunque sí muy generoso. Se cuenta que pagó con su dinero la publicación del libro Principia Mathemática de su amigo Isaac Newton, según algunos el mayor genio de la humanidad.
Newton fue agradecido y, años después, cuando salido de la pobreza llegó a ocupar altos cargos, recompensó a Halley nombrándolo para puestos de importancia. Aunque la única ambición verdadera de Edmund era conocer el Universo. Fue en 1695 cuando se aproximó a un cometa que le haría célebre, porque llevaría su nombre: el cometa Halley. Aseguró que los cometas vistos en 1531 y 1607 eran los mismos que el visto en 1682 y que, si sus cálculos eran correctos, volvería a aparecer en 1758. Afirmó que estos astros eran periódicos y que aquel cometa se acercaba a la tierra cada 76 años. Muchos fueron los incrédulos, pero llego 1758, cuando Halley ya había muerto, y allí estaba el cometa, precisamente en una de las fechas más celebradas por la humanidad: el día de Navidad.



Apareció por última vez en 1986 y con anterioridad lo hizo en 1910, así que podremos verlo de nuevo en el 2062. Ya seremos viejecitos.
La aparición del cometa Halley en 1910 inspiró a un gran escritor aragonés, Ramón J. Sender, que escribió una obra titulada Monte Ondina, en la que el protagonista, Froilán, muere fulminado por un rayo y todo el mundo culpa al cometa, pues se decía que los cometas traían desastres.
Hablando de escritores, en nuestro barrio hay una calle en honor a un escritor que escribió graciosos romances de ciego, uno de ellos trata precisamente de los desastres sobrevenidos por la llegada de un cometa que culminan con el fin del mundo. Este escritor es Alberto Casañal Shakery.
Los cometas no tendrían que tener tan mala fama ya que sólo son una gigantesca bola de hielo que se evapora al aproximarse al Sol, dejando una estela de kilómetros y kilómetros empujada por el “viento solar”. Al ver la dirección de la cola se sabe donde está el Sol, ya que apunta en dirección contraria al mismo.
Aunque la cola de Halley mide millones de kilómetros, su cuerpo sólo tiene 15, ya que al acercarse al Sol pierde bastante materia, que se queda flotando en el espacio. Al entrar en la atmósfera, las partículas de polvo se convierten en lo que llamamos estrellas fugaces. Son famosas las Persépidas, que pueden verse hacia el 10 de agosto, festividad de San Lorenzo, y que en Aragón las conocemos como “Lágrimas de San Lorenzo”.
Un cometa guió a los magos a Belén. Un pintor italiano llamado Giotto los pintó bajo una estrella que los conducía, la estrella era un cometa, seguramente el Halley. El cuadro se llama la Adoración de los Reyes y se encuentra en la ciudad italiana de Padua.
La estrella de Belén en los Evangelios, biografías de Jesús, casi no se menciona. En realidad sólo uno de ellos habla de tal estrella, es el Evangelio de San Mateo.
¿Pero fue Halley la estrella que guió a los magos?. Sería fácil averiguarlo ya que es periódico, por lo que se podría calcular la fecha exacta y ver si coincidía con el año cero. Y no es así, pues hay que tener en cuenta que 76 años es el promedio, y el período oscila de 74 a 79 años. Esto, unido a que no se conoce exactamente el año del nacimiento de Jesús, que pudo ser unos años antes del año cero, cuando se produjo el empadronamiento ordenado por Tiberio, por aquel entonces emperador de los romanos, que obligó a José y María a viajar hasta Belén.
Varios científicos, como Isaac Asimov, un famoso escritor ruso, creen que la estrella de Belén pudo ser una supernova. Las supernovas son explosiones de estrellas que no pueden fusionarse más. Tal supernova todavía hoy mantiene su brillo en la constelación de Orión, muy cerca de la mayor estrella del Universo, Betelgeuse.
También se cree que la estrella de Belén pudo ser que los planetas Venus y Júpiter se pusieran en línea vistos desde la Tierra, con lo que su brillo aumentaría extraordinariamente, lo que sorprendería a los magos, palabra por cierto, que entonces significaba astrónomos. Venus y Júpiter eran dioses romanos, los Afrodita y Zeus de los griegos. Griegos y romanos tenían gran devoción por estos dioses, a los que les asignaban dos días de la semana, el viernes y el jueves.
En el Universo hay miles de cometas, conocemos unos cuantos como el Hale Boop, Kahouteck, Encke, Rigollet, Halley, Hyakutake, Mc Naught o el Homes.


M.P.C.